Cómo estudiar historia universal

¿Cómo estudiar Historia? La historia es una de esas asignaturas obligatorias que muchos estudiantes consideran monótona y desganada. Mas aprender historia puede ser entretenido y apasionante, especialmente si se aborda con la actitud conveniente.

George Santayana, un pensador de España, afirmaba que aquellos que no aprenden de la historia están condenados a repetirla. En otras palabras, si no aprendes de los fallos del pasado probablemente los cometas mismo.

Mas hay otras muchas razones para estudiar Historia. Aparte de administrar un conocimiento del pasado, el estudio de la historia ayuda a desarrollar habilidades transferibles que te van a preparar para una pluralidad de ocasiones profesionales en el futuro.

 

Trucos útiles para saber cómo estudiar historia

Desarrollar ideas. Haz conexiones.
Puede parecer obvio, mas vamos a señalarlo de todos modos: la historia se fundamenta en una cronología de sucesos. El orden en que se generan los sucesos es esencial para el estudio de la historia. En consecuencia, es fundamental que tus notas estén en orden temporal. Cuando organices tus apuntes, divídelos por (1) tema, (dos) entonces años, (tres) décadas y (cuatro) siglos.

La historia está repleta de hechos, sucesos y detalles. En verdad, hay tanta información que aprender y memorizar que en ocasiones puede parecer imposible. Una de las claves para estudiar y aprender historia es establecer conexiones entre los hechos. La mejor forma de hacerlo es iniciar por entender el panorama general y después ir bajando hasta los detalles. A lo largo de las clases y al leer el libro de texto, procura siempre y en toda circunstancia situar los sucesos, los hechos y los detalles en el contexto del panorama general. ¿De qué manera encajan? ¿Por qué razón son esenciales para lo que sucede? ¿De qué manera apoyan la secuencia de los sucesos que ocurren? No existe nada que no puedas memorizar o bien aprender si empleas esta técnica.

El uso de mapas mentales es otra estrategia eficiente para visualizar la información histórica de una ojeada y establecer conexiones. Los mapas mentales te dejan, literalmente, trazar un mapa de la información, los sucesos y las ideas históricas usando símbolos, palabras, colores y también imágenes de una forma lógica que aporta claridad, mejora la entendimiento y te dejará memorizar grandes cantidades de información.

Considere el próximo ejemplo.

Mapa mental de la historia

Tras crear tu mapa mental, desarrolla las ideas y conexiones que ahora ves en notas aprovechables. Ahora, complementa tus apuntes con lo que hayas recogido de la lectura de tu libro de texto y de la escucha de las clases.

Retener la información esencial
Si bien aconsejamos estudiar y aprender los datos clave en una entendimiento contextual del panorama general, en ocasiones es preciso recurrir a técnicas y estrategias de memorización de memoria para memorizar las datas, los nombres y los sucesos clave que seguramente vas a ver en tu examen de historia. En estos casos, las tarjetas de memoria son una herramienta genial para memorizar información, progresar el recuerdo y revisar tu nivel de retención. Para crear una tarjeta flash, escribe en una cara de una tarjeta de tres x cinco un evento, data o bien hecho clave. En la cara opuesta, escriba la definición, descripción o bien explicación. El empleo de tarjetas para memorizar es viejo. Mas es tan eficiente el día de hoy como hace 100 años.

Mira las películas
¡De esta manera es! Ver películas puede ser un procedimiento eficiente para aprender y estudiar historia. Hay una enorme pluralidad de películas y reportajes que describen con precisión los sucesos históricos. Si bien son educativos, la mayor parte de las películas y reportajes históricos son asimismo muy entretenidos. Desgraciadamente, ciertas películas que describen sucesos históricos no son fieles a los hechos históricos. «La lista de Schindler», que describe la Polonia ocupada por los alemanes a lo largo de la Segunda Guerra Mundial, ofrece un retrato histórico algo preciso. Desgraciadamente, la película «Brave Heart», por muy emocionante y entretenida que sea, no es históricamente precisa. Si te tomas de verdad el aprendizaje de la historia, cerciórate de que la película que escojas sea leal a los hechos históricos.

Leer tu libro de historia
La mayoría de la historia se recoge en textos escritos. Con lo que no extraña que para saber cómo estudiar historia requiera una buena cantidad de lectura. Mas leer más no significa necesariamente que vayas a aprender más. La clave no es otra que extraer del texto de historia la mayor cantidad posible de información y conocimientos, de la manera más eficaz posible. Los libros de texto de historia se componen de palabras, mas no todas y cada una son igualmente esenciales. Si descubres la jerarquía de las palabras, vas a poder extraer hasta el setenta y cinco por ciento del contenido de un libro de texto con solo leer el veinticinco por ciento del mismo.

Comienza por leer el título. El título de la mayor parte de los libros de historia es el que ofrece más información sobre el razonamiento central del libro. Por servirnos de un ejemplo, El origen de las especies, de Hables Darwin, te da una idea inmediata de lo que trata el libro, de dónde proceden las distintas especies de animales y de qué manera evolucionaron. No todos y cada uno de los títulos serán tan gráficos y directos, mas vale la pena dedicar tiempo a descubrir por qué razón el creador escogió el título.

Ahora abre el libro y examina los títulos de los episodios que aparecen al comienzo. En dependencia del género de libro de historia que estés leyendo, lo más probable es que los títulos de los episodios estén organizados por orden temporal de los sucesos, o bien de una forma que dé una visión auxiliar de la estructura del razonamiento que se presenta. La lectura de los títulos de los episodios le dará una veloz visión general de lo que trata el libro de historia.

Ya antes de entrar en el cuerpo de cada capítulo, tómese unos minutos para leer la introducción y la conclusión del mismo. La introducción y la conclusión acostumbran a ser las partes más esenciales y reveladoras del capítulo. En ellas, el creador ofrece un resumen de los primordiales razonamientos, la investigación presentada en el capítulo y las conclusiones alcanzadas. Leer la introducción y la conclusión ya antes de leer el cuerpo del capítulo (1) le dará un mejor contexto para comprender y también interpretar la información presentada y (dos) le va a ayudar a establecer conexiones entre lo que lee y los razonamientos del autor. En los libros de historia, las introducciones y las conclusiones de los episodios pueden estar meridianamente identificadas por un título en bastardilla o bien una línea en blanco, o bien ser sencillamente el primer y el último parágrafo del capítulo.

No es extraño que los libros de historia, sobre todo los de texto, tengan episodios que se subdividen en secciones organizadas por temas y/o cronológicamente. En el momento en que un capítulo está dividido en secciones, cada una de ellas acostumbra a identificarse con un título en bastardilla seguido de una línea en blanco, o bien usando texto en bastardilla para la primera oración del parágrafo. Leer de manera rápida los títulos de las secciones ya antes de pasar al cuerpo del capítulo le dejará entender mejor la(s) idea(s) principal(es) que se presentan en el capítulo. De nuevo, recuerde que, como hemos señalado previamente, la primera cosa que debe hacer es entender el panorama general y, ahora, descender hasta los detalles.

El próximo nivel de jerarquía en la mayor parte de los libros de historia es la primera oración de cada parágrafo. La primera oración del parágrafo se usa para presentar el punto primordial del autor, al tiempo que las oraciones siguientes dan pruebas y análisis de apoyo. En un libro de texto de historia habitual, la lectura de la primera oración de cada parágrafo da un resumen de todo el capítulo. Y no olvides repasar todas y cada una de las ilustraciones, incluyendo las fotografías, los mapas y los gráficos. Si el creador las incluyó, lo hizo por una razón.

Cuando hayas leído el título de tu libro de historia y descubierto su significado, hayas revisado los títulos de los episodios en la primera plana del libro, hayas leído el título del capítulo, la introducción, la conclusión, los títulos de las secciones y la primera oración de cada parágrafo, vas a tener una gran idea del punto de vista del autor. Ahora es el instante de sentarse y leer el cuerpo del texto, examinando los datos, los sucesos y la información clave, con el objetivo de desarrollar tu entendimiento y opinión.

Conforme leas cada capítulo, procura contestar a las próximas preguntas:

  • ¿Qué razonamiento procura exponer el creador?
  • ¿Qué pruebas usa la autora para respaldar su razonamiento?
  • ¿Es el razonamiento de la autora persuasivo? ¿Por qué razón? ¿O bien por qué razón no?
  • ¿Qué es esencial para la autora?
  • ¿De dónde procede la información de la autora? ¿Fuentes primarias? ¿De fuentes secundarias?
  • ¿La mayoría del material presentado procede de una sola fuente?
  • ¿De qué forma encaja el libro en mi curso?
    ¿Por qué razón mis profesores me asignaron este libro?
  • ¿Apoya el libro lo que aprendo en clase?
  • ¿Qué me agrada del texto? ¿Qué no me agrada? ¿Por qué razón?

Mientras que lees, es esencial que tomes notas. Si tienes tu libro de texto y no piensas venderlo, te invitamos a que anotes tus pensamientos, ideas y reflexiones en los márgenes de cada página mientras que lees. Si no tienes el libro en propiedad o bien piensas venderlo en el momento en que lo hayas leído, deberás tomar notas en otro lugar. Unos buenos apuntes te asegurarán que vas a estar dispuesto para tu próxima redacción o bien examen, donde se probarán y se valorarán tus conocimientos, tu entendimiento y tu trabajo.

Tomar apuntes en clase
Este es un buen consejo para saber cómo estudiar historia. Empieza la clase y tu maestro comienza de forma inmediata a charlar de la temporada de Antebellum, el periodo de la historia de los U.S.A. que va desde finales del siglo XVIII hasta el inicio de la Guerra Civil estadounidense en mil ochocientos sesenta y uno. Está encantado y la información fluye de su boca. Le escuchas a lo largo de unos momentos y después comienzas a tomar notas. Anotas todo cuanto afirma. Al final de la clase tienes 5 páginas de copiosos apuntes. Has plasmado toda la conferencia en papel. Tienes un calambre en la mano y te sientes tal y como si hubieses corrido una maratón. Solo hay un inconveniente. No has escuchado nada de lo que ha dicho.

Este género de toma de notas es un inconveniente común entre los estudiantes que tienen tanto temor de perderse algo esencial que escriben todo cuanto afirma su maestro. Es una práctica en especial común entre los estudiantes de historia que no están seguros de lo que es esencial y lo que no lo es. La clave para tomar apuntes en la clase de historia es anotar solo lo que es verdaderamente esencial. Mas, ¿de qué manera hacerlo?

Las próximas son las claves para tomar apuntes de forma eficiente en la clase de historia.

Llega a clase habiendo completado todas y cada una de las lecturas asignadas. Cuanto más preparado estés cuando llegues a clase, más simple te resultará proseguir y tomar buenos apuntes. Generalmente, tu maestro va a tratar los temas que aparecen en tu libro de texto. Si ya estás familiarizado con el tema que se discute y has tomado buenas notas al leer el libro de texto, no precisarás redactar todo. Mientras que escuchas la clase del maestro, sencillamente complementa tus notas de lectura con la nueva información y los conocimientos que aprendas a lo largo de la clase.
Presta atención a los temas que son esenciales para tu maestro. Ciertos profesores son directos y te afirmarán qué puntos y temas son más esenciales que otros, al paso que otros no lo van a hacer. Es tu trabajo determinar cuáles son los puntos más esenciales de la clase. En el caso de duda, levanta la mano y pregunta.

Tus notas han de ser inteligibles y estar organizadas. No vale de nada tomar apuntes que entonces no puedas repasar. Justo después de cada clase, examina tus apuntes para cerciorarte de que comprendes todo cuanto has escrito mientras que la clase está aún fresca en tu psique. Si algo de lo que has anotado no está claro, acláralo. Organiza tus apuntes por temas, entonces por años, décadas y siglos. Emplea asteriscos, flechas y otros dispositivos de anotación para identificar la información que es verdaderamente esencial.

Registra siempre y en toda circunstancia en tus notas la data y el título de cada conferencia. Anotar la data y el título de cada clase en tus apuntes te dejará referirte a clases concretas cuando escribas un ensayo o bien te prepares para un examen. Además de esto, cerciórate de que tus apuntes prosiguen el orden en el que el maestro ha presentado la información a lo largo de la clase.

Presta atención a las películas. Pocas veces su maestro proyectará una película a lo largo de la clase con fines puramente de entretenimiento. Si tu maestro ha programado una película, presta atención y toma notas. Es muy posible que en tu próximo examen o bien redacción se te solicite que estimes un tema concreto que se haya tratado en la película. Si no estás seguro de si debes tomar notas, pregunta a tu maestro.